Los alimentos transgénicos son un tema complejo a nivel global, dado sus pro y contra para la industria. En América Latina hay regulaciones y certificaciones que amparan su uso.
América Latina se encuentra en el epicentro del debate sobre el uso de los alimentos transgénicos, por lo que la producción agrícola tiene un manejo diferente que en el resto del mundo. Esto supone un marco regulatorio que va a la par de las nuevas exigencias del mercado.
En detalle, cada país de la región latinoamericana tiene un listado de leyes en particular que enmarca la adopción de los alimentos modificados genéticamente. Por este motivo, se llevan a cabo distintas evaluaciones de seguridad antes de aprobar cualquier tipo de comercialización.
Además, en algunos casos se lleva a cabo un requisito de etiquetado para reconocer a los alimentos transgénicos y así prevenir la salud del consumidor.
Los debates mundiales ante los cultivos transgénicos
En las últimas décadas, la humanidad fue testigo de los pasos agigantados que dio el campo alimenticio. Los transgénicos son un claro ejemplo de que se pueden crear organismos inexistentes antes en la naturaleza para obtener un producto con fines comerciales.
El mercado de las semillas, por ejemplo, generó grandes expectativas, a causa de las ventajas que se atribuían a los nuevos tipos de cultivos desde el punto de vista del rendimiento de la tierra, el ahorro en la mano de obra y otros insumos, y el favorable impacto ambiental.
En un periodo de menos de diez años, la superficie mundial sembrada con variedades transgénicas alcanzó un total de 52 millones de hectáreas. Las mismas se encuentran situadas en su mayoría en Argentina, prevaleciendo la soja y el maíz.
Se observa así un nuevo paradigma agrícola, caracterizado por el uso de semillas transgénicas, herbicidas y pesticidas especiales. Este mismo trajo sobre la mesa una polémica que gira en torno a las desventajas en la salud y en el medio ambiente.
El temor por los posibles efectos negativos se vio reflejado en algunas limitaciones en los cultivos y en los consumos, especialmente en Asia. En el caso de América Latina, en cambio, la respuesta no se dio de esta manera. De hecho, no hay una posición uniforme al respecto.
El rol de América Latina en la alimentación transgénica
La región latinoamericana es reconocida por tener la mayor diversidad biológica del planeta. En contraposición, varios de sus países son centros de origen de muchos de los rubros hoy explotados comercialmente.
En el caso de México, por ejemplo, se observa el papel que tuvieron los pueblos autóctonos como curadores de las especies silvestres que se veían afectadas por el material genético con el que operaban las compañías transnacionales.
En otras palabras, esta situación indica que gracias a sus cuidados la humanidad dispone hoy de variedades notablemente mejoradas con respecto a sus antecesores primitivos.
Las variedades transgénicas que existen hoy en día implican un efecto directo en la naturaleza, particularmente en los animales que se encuentran en su hábitat natural.
Las nuevas tecnologías y su extensión global a la hora de cultivar también presentan una amenaza para la diversidad biológica.
El avance de la ingeniería genética en América Latina
En primer lugar, cabe destacar que Argentina y Brasil adoptaron tecnologías genéticas de tal manera que se posicionaron como gigantes productores dentro del sector.
Por otro lado, territorios como Perú y Ecuador adoptaron posturas más conservadoras, basadas en la precaución y la protección nacional.
A continuación, los detalles de los cinco productores de transgénicos más grandes en Latinoamérica.
- Brasil
Se trata del segundo productor de cultivos transgénicos del mundo y el primero de Latinoamérica. Se destaca por el feijão transgénico, un poroto que es resistente al virus del mosaico dorado.
Los productores lograron aumentar el rendimiento de sus cultivos y reducir el uso del pesticida para combatir a dicho patógeno.
En la actualidad, se comercializa en los supermercados del país.
- Argentina
Los productos derivados se hacen presentes en varios rincones del territorio argentino. La soja, el maíz y el algodón son las tres principales siembras, siendo esta muy popular entre los eventos populares como el carnaval.
En este tipo de situaciones también se observa el biodiesel, un biocombustible que en Argentina se obtiene a partir del aceite de soja. Esta es la principal herramienta para hacer funcionar las carrozas que transportan a los bailarines.
- Paraguay
Al igual que Argentina, siembran soja, maíz y algodón. Además de los corsos y las celebraciones urbanas, en Paraguay hay fiestas autóctonas donde también se hacen presentes los productos transgénicos. Entre las más conocidas, se encuentra el Arete Guazú, una celebración de los guaraníes en el Chaco paraguayo.
- Bolivia
La producción agrícola se dedica a generar soya transgénica, la cual se exporta como grano y derivados a varios países de la región. Cabe destacar que Bolivia no se encuentra entre los principales productores de transgénicos en términos globales.
- Uruguay
Este es el quinto productor de cultivos transgénicos en Latinoamérica. Se dedica a cultivar soja y maíz transgénico. Este último tiene cuatro componentes principales: almidón, fibra, proteína y aceite. De este procesamiento se obtienen miles de productos distintos, como alimentos y pegamentos.