En términos interanuales, las ventas externas de la agroindustria crecieron, con una liquidación total de USD 2.451 millones. El análisis giró en torno a la comparación de agosto de 2023 y 2024, la cual mostró resultados favorables.
El sector de la agroindustria avanza en el país, pese a los desafíos económicos que trae la inflación y la devaluación de la moneda. En esta línea, se liquidó un total de USD 2.451 millones en agosto, lo que implica una suba del 40% en comparación con el mismo mes en 2023.
Según informaron desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), ambas entidades que representan el 48% de las exportaciones del país, es notable el crecimiento. Si bien de julio a agosto se notó una baja del 6%, en términos generales hay una consolidación.
Al comparar los primeros ocho meses de este año con el mismo período de 2023, se registra un incremento del 9.4%. Esto se debe principalmente a la recuperación económica y el incremento en la demanda de ciertos sectores. Al mismo tiempo, la reducción en las tasas de interés permite la inversión en bienes de capital, como las maquinarias agrícolas.
El análisis que hicieron en conjunto determinó que el ingreso de divisas en agosto se debe a factores como el régimen de dólar exportador, el cual está vigente desde diciembre de 2023. Los precios internacionales, las condiciones climáticas y el impacto de las plagas en la cosecha de maíz y soja también influyeron de forma directa, así como la relación entre los costos de insumos y los precios de los granos.
Además, señaló que la exportación de granos y productos de la industria aceitera continúa siendo influenciada por un ritmo moderado de ventas y fijaciones. El ingreso mensual de divisas, convertido en pesos, es esencial para seguir comprándole a los productores al mejor precio posible.
¿Cómo funciona la exportación de granos?
El informe del CIARA y CEC explicó que la liquidación de divisas está principalmente vinculada a la compra de granos destinados a la exportación, ya sea en su estado natural o tras un proceso de transformación industrial.
Dicho flujo de divisas ocurre con cierta anticipación a la exportación, aproximadamente 30 días en el caso de los granos y hasta 90 días para aceites y harinas proteicas, dependiendo del momento de la campaña y el tipo de grano, lo que asegura que no haya retrasos en la liquidación.
En tanto, quedó demostrado que el complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo biodiésel y derivados, representó el año pasado el 50,1% de las exportaciones totales de Argentina, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El principal producto de exportación fue la harina de soja, con un 12% del total. Este es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que en la actualidad opera con una capacidad desaprovechada cercana al 70%.
El maíz fue el segundo producto más exportado, con un 11%; seguido por el aceite de soja, con un 6,9%. Este escenario se mantiene por diversos factores, particularmente por las condiciones climáticas que presenta el territorio argentino, y la disponibilidad de tierras fértiles que contribuyen a la producción.
Otra realidad está vinculada con los precios en los mercados globales, lo que influye de forma directa en el volumen de las exportaciones. Al registrarse costos altos, los exportadores argentinos aprovechan para aumentar sus ventas al exterior.
Por último, Argentina cuenta con una infraestructura significativa para la producción y procesamiento de granos, especialmente en el complejo agroindustrial sojero. Esta capacidad permite no solo exportar granos en su forma básica, sino también productos procesados como el aceite de soja.
Respecto a la soja, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) informó un aumento del 51% en las operaciones de comercialización durante la penúltima semana de agosto. Desde el 13 de diciembre de 2023, tras la reinstauración del Programa de Incremento Exportador, se vendieron 36.197.617 toneladas de soja y 41.118.680 toneladas de maíz.
En cuanto al trigo, se vendieron 12.740.937 toneladas, con un incremento semanal del 11 %, mientras que la cebada alcanzó 4.642.882 toneladas, con una disminución del 26 %. Las ventas de girasol superaron las 3.253.578 toneladas y las de sorgo 930.273 toneladas.
En lo que respecta a las Declaraciones de Venta al Exterior (DJVE) registradas en la última semana de agosto, se emitieron 458.214 toneladas de maíz, 496 toneladas de soja y 64.652 toneladas de aceite de soja.
También se registraron DJVE por 370.921 toneladas de subproductos de soja, 61.900 toneladas de trigo, 51.152 toneladas de sorgo, y 976 toneladas de girasol. Además, se declararon 12.888 toneladas de aceite de girasol y 43.250 toneladas de subproductos de girasol, sin registros para cebada forrajera o cervecera.