Dom. Dic 22nd, 2024

El INTA desarrolló una estrategia clave para cuidar el desarrollo de los cultivos, al combatir las malezas y la erosión hídrica. Se trata de un estudio que determinó la manera de obtener nutrientes y biomasa, de forma fácil y rápida.

Los especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) revelaron la mejor estrategia para promover una agricultura sustentable y de alta productividad. Según indicaron, la clave está en disminuir los procesos de erosión hídrica, combatir las malezas y aportar nutrientes.

Durante 17 años de investigación, los investigadores se enfocaron en el estudio del aporte de las diferentes especies gramíneas, leguminosas y sus mezclas como cultivos de cobertura.

Tras ello, dieron a conocer los beneficios de su incorporación en los diferentes sistemas agrícolas. Dicho análisis se llevó a cabo en colaboración con productores y técnicos de la región, quienes también hicieron ensayos al respecto. 

Según ellos, la incorporación de los cultivos de cobertura potencian los rendimientos del suelo, dado que aumenta el aporte de los macroelementos que están presentes. Esto ayuda a potenciar las ganancias de forma natural, sin químicos de por medio.

Julia Capurro, especialista en el tema, indicó que los beneficios se observan en el incremento de la productividad de los cultivos de renta. Además, se nota un aporte a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas.

Según Capurro, esto ocurre ya que se contribuye al balance del agua disponible, a la disminución de los procesos de erosión hídrica y al control de malezas. Al mismo tiempo se incrementan la captura y almacenamiento de carbono.

Sobre el procedimiento del trabajo del INTA, los sitios experimentales en la zona implementaron cultivos de cobertura invernal en secuencias de cultivos de verano, especialmente en soja y maíz, que son los más sembrados en la región. 

Estos cultivos de cobertura ayudan a fijar carbono, reciclar nutrientes y, en el caso de las leguminosas, fijar nitrógeno a través de la simbiosis en sus raíces.

En paralelo, se evaluó su uso como predecesores de soja. Además, se hicieron experimentos en maíz en distintos ambientes, probando varios cultivos de cobertura y niveles de fertilizantes nitrogenados para medir su impacto en el rendimiento del maíz.

De esta manera, se estudió la densidad que tiene la siembra de los cultivos de cobertura y su influencia en la producción de materia seca final, así como la producción de biomasa y el consumo de agua en diferentes momentos de supresión del crecimiento. 

Además, se investigó el efecto de los cultivos de cobertura en la mitigación de la erosión hídrica para reducir las pérdidas de agua, carbonos orgánicos y nutrientes del suelo. Es importante resaltar que estas surgen a partir de los escurrimientos superficiales tras las lluvias.

También se evaluó la producción de semilla de diferentes especies de cultivos de cobertura disponibles en la región y el comportamiento de nuevas especies introducidas, con el objetivo de comprender sus beneficios para los sistemas productivos.

¿Cuáles son los trabajos de investigación del INTA sobre los cultivos de cobertura?

Entre las investigaciones del INTA, se destaca una en particular que se llevó a cabo recientemente. Se trata de un análisis del equipo del INTA Cañada de Gómez, el cual determinó la manera en la que los cultivos de cobertura aportan macroelementos al suelo.

Según entendieron, esta contribución ocurre a través de sus tejidos vegetales aéreos, como tallos, hojas y flores, en el momento de la supresión de su crecimiento.

Los resultados mostraron que las especies gramíneas y sus mezclas con leguminosas proporcionaron una mayor cantidad de biomasa aérea al suelo. En particular, las leguminosas Vicia sativa y Vicia villosa destacaron por la excelente cantidad de nitrógeno, fósforo y azufre.

Julia Capurro explicó que este estudio permitió identificar las diferencias en la contribución de nutrientes de los distintos tratamientos evaluados, lo cual es esencial al decidir qué especie plantar en cada secuencia de cultivos. 

Es importante resaltar que este aporte depende tanto de la concentración de nutrientes en los tejidos vegetales como de la cantidad de materia seca producida al momento de secar los cultivos de cobertura.

El análisis se desplegó en un lote destinado a soja de primera, donde se establecieron doce tratamientos de cultivos de cobertura, con 132 días entre la emergencia y la supresión del crecimiento. 

Allí se midió la producción de materia seca aérea, así como la concentración de nitrógeno, fósforo y azufre en dicha materia seca, para calcular el aporte total de estos nutrientes.

La especialista concluyó que el objetivo final de generar estos conocimientos es contribuir a una agricultura sustentable y de alta productividad, conservando el suelo e incrementando la captura y almacenamiento de carbono.

A diferencia de las prácticas convencionales, esta tiene en cuenta el bienestar del medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales. Se espera que las próximas generaciones puedan hacer uso de la tierra.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.