Dom. Dic 22nd, 2024

La manera de alimentarse no será la misma dentro de los próximos años. La industria prevé un fuerte cambio, dado el cambio climático y el avance de la tecnología.

La manera de alimentarse evolucionó de forma constante a lo largo de la historia y seguirá siéndolo en los próximos años. Con la proyección de una población mundial de 10,000 millones de personas para 2050, la necesidad de abastecer suministros sostenibles se vuelve primordial. 

Ante este contexto, cabe destacar que los recursos alimentarios están disminuyendo y la producción actual tiene enormes impactos ambientales, tal como lo revela una investigación de la revista Nature Food. Esto demuestra que la industria es responsable en gran parte del cambio climático.

Las emisiones de gases de efecto invernadero que provienen de la producción llevan a un escenario complejo, en el cual es difícil cumplir con las exigencias del mercado y los valores éticos propios de la producción orgánica.

Ante este panorama, la industria alimentaria se encuentra en un punto crucial de transformación. La tecnología se presenta como la clave para revolucionar la elaboración de alimentos sostenibles, sin comprometer el sabor ni el valor nutricional. 

En eventos como el Food Summit Latam 2023, se presentan avances innovadores que muestran cómo el sector está adaptándose. Micrhoma es una de las tantas empresas que están desarrollando ingredientes naturales con la ayuda de tecnologías como la bioinformática y la biología sintética. En todos estos casos, el objetivo es reemplazar los colorantes y componentes sintéticos en los productos que luego se comercializan.

Por otro lado, compañías como NotCo están usando la inteligencia artificial para crear productos basados en plantas que imitan el sabor y la textura de los alimentos de origen animal. 

Además, la consultora McKinsey sugiere que la innovación tecnológica puede jugar un rol central en la producción de alimentos, desde la mejora de la salud del ganado hasta la reducción de los desperdicios mediante el uso de tecnologías digitales y biotecnológicas.

Esto demuestra que las empresas foodtech, aquellas que aprovechan la tecnología para transformar la industria agroalimentaria, están liderando este cambio hacia una industria más sostenible. 

Aunque todavía son una parte pequeña del panorama general, su relevancia está creciendo, e incluso algunas de ellas están cotizando en bolsas de valores importantes como Nasdaq. 

Crecen las expectativas por la manera de alimentarse en el futuro

Las tendencias que marcan el rumbo hacia la alimentación del futuro son bastantes claras respecto a sus innovadores aspectos. Desde la agricultura biotecnológica hasta los avances en la robótica agrícola, pasando por la proliferación de alimentos orgánicos y sistemas de cultivo innovadores.

La personalización de las dietas diarias es una de las áreas en crecimiento, con programas que utilizan inteligencia artificial y análisis de ADN para crear menús adaptados a los propósitos de cada individuo. 

A su vez, las proteínas vegetales y la carne sintética están ganando terreno a nivel global, con productos como las hamburguesas de laboratorio que ya se encuentran en los supermercados y prototipos de carnes artificiales en desarrollo.

Dichas apariciones y hábitos de consumo se deben al cambio en la conciencia que cada persona tiene sobre el impacto ambiental que provoca la industria ganadera. El sector impulsa ante ello alternativas proteicas y saludables.

Cabe destacar que las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de carne son significativas. Por ello, la búsqueda de proteínas alternativas, como la de guisante, está en alza.

En la actualidad, la carne cultivada en laboratorio está en el radar de los grandes expertos, con avances significativos que redujeron de forma drástica los costos de producción en los últimos años. 

El futuro de la industria alimentaria está en constante evolución, y es probable que cada vez sea más común observar este tipo de cambios significativos en los productos que se venden en los supermercados. Los hogares de los próximos años se abastecerán de este tipo de comida, más ética y responsable.

Los insectos como fuente de alimentación saludable

Los insectos están emergiendo como una fuente de proteína viable, con algunos productores explorando su uso en la alimentación animal y humana. Entre las regiones más consumistas, se encuentran Asia y Europa.

Se trata de la entomofagia, un tipo de alimentación que se basa en comer insectos comestibles, tales como orugas, grillos, avispas, hormigas, saltamontes y abejas. Los expertos en salud aseguran que aportan una gran cantidad de nutrientes y proteínas. 

Independientemente de cuál sea, estos son una excelente fuente de energía, grasas, proteínas y fibra, y según el tipo de animal que sea, también pueden proporcionar importantes micronutrientes como zinc, calcio y hierro.

Al igual que las carnes tradicionales, estos representan una alternativa valiosa en términos de proteínas. Aunque la carne de vacuno puede tener un mayor contenido de aminoácidos y grasas, algunos insectos se destacan por tener niveles similares de minerales y vitaminas. 

Sin dudas, esto destaca el potencial nutricional de los insectos como una fuente alternativa y saludable de proteínas en la dieta humana.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.