Los últimos propósitos en el sector determinaron la gravedad del fenómeno natural de La Niña. Se esperan lluvias desiguales y temperaturas cálidas que podrían impactar de forma directa en los cultivos.
En el marco de la primavera, los expertos en el sector advierten la intensidad de los pronósticos climáticos. Los productores agrícolas deben mantenerse atentos, dado que los últimos reportes indican una mayor probabilidad de lluvias durante esta época.
En detalle, las precipitaciones se espera que sean entre normales a deficitarias. En tanto, la posibilidad de que aparezca La Niña tardía podría afectar las condiciones hídricas y, en consecuencia, el desarrollo de los cultivos.
Ante este escenario, los expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) evaluaron el posible impacto que podrían tener estas variaciones en la producción local. En esta línea, el foco estuvo puesto en la optimización de las decisiones de manejo y reducción de riesgos.
¿Cómo fue la temporada de invierno este año?
Tras un invierno con lluvias escasas en el centro y norte del país, la tradicional tormenta de Santa Rosa trajo un respiro a muchas regiones. En particular, las provincias del este, norte y noreste de Buenos Aires experimentaron una mejora en el almacenamiento de agua en el suelo. Esto es fundamental para el crecimiento de los cultivos de trigo ya sembrados.
Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, señaló que, aunque estas lluvias fueron beneficiosas en algunas zonas, en otras solo cubrieron de forma parcial las necesidades de los cultivos.
En el centro de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, la cantidad de agua que trajeron las precipitaciones ayudó a satisfacer parte de las demandas de los cultivos de invierno, pero regiones como La Pampa, Córdoba y el noroeste argentino aún están a la espera del ciclo de lluvias que trae la primavera.
¿Qué importancia tienen las lluvias en los cultivos de Argentina?
La llegada de las lluvias es un momento importante para los productores argentinos, ya que influye de forma directa en el desarrollo de los suelos y las decisiones de siembra, según informaron los especialistas.
Durante esta estación, las precipitaciones suelen ser desiguales, lo que exige una vigilancia constante de los pronósticos y la implementación de prácticas para conservar el agua en el suelo.
Es importante destacar que el agua se presenta como el factor más decisivo en la producción agrícola, y en este contexto, los intervalos entre lluvias significativas parecen estar aumentando.
En el sur de Santa Fe, las lluvias de finales de agosto y principios de septiembre fueron especialmente importantes. Estas precipitaciones no solo beneficiaron a los cultivos de invierno y pasturas, sino que también facilitaron el inicio de la siembra de maíz.
En localidades como Venado Tuerto y San Gregorio, las lluvias acumularon 23 y 43 milímetros, respectivamente. Aunque estos niveles de precipitación no fueron elevados, resultaron esenciales para contrarrestar la falta de lluvias de los meses anteriores.
¿Qué se debe hacer para controlar las plagas?
De cara a la campaña 2024-2025, se sugiere enfocar las siembras tempranas de maíz como una estrategia efectiva para controlar plagas, como la chicharrita del maíz, la cual aparece a través del insecto Dalbulus maidis.
Según los expertos, las actuales condiciones de humedad en el suelo y las temperaturas favorables ofrecen un momento ideal para proceder con la siembra temprana. Dicho enfoque no solo garantiza un buen establecimiento del cultivo, sino que también contribuye a reducir el impacto de las plagas que suelen afectar a los cultivos en etapas más avanzadas de su crecimiento.
¿Qué significa el fenómeno de La Niña tardía?
En primer lugar, cabe destacar que la atención está puesta en la posible aparición de La Niña, un fenómeno climático que podría desarrollarse hacia el final de la primavera y continuar durante el verano.
Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, señaló que aunque la transición hacia este evento aún no es definitiva, hay más del 40% de probabilidad de que se consolide entre octubre y diciembre de 2024.
A diferencia de otros años en los que La Niña se manifestaba en julio o agosto, este año el océano no alcanzó las condiciones necesarias, lo que sugiere que podría tratarse de un fenómeno más tardío.
En caso de que llegue a desarrollarse, las lluvias podrían volverse menos frecuentes y su distribución sería irregular, afectando principalmente a regiones como el Cuyo, el centro del país y la zona chaqueña. Las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, que ya experimentaron una baja disponibilidad de agua en el suelo en los últimos meses, también podrían verse impactadas por este fenómeno.
Por estos motivos, se sugiere mantenerse al tanto de los comunicados oficiales de las autoridades y tomar las medidas necesarias para evitar consecuencias. Se prevé que haya pérdidas en términos económicos.