Dom. Dic 22nd, 2024

Las herramientas agropecuarias son esenciales para garantizar un rendimiento y un desarrollo óptimo dentro del sector. En esta línea, el motocultivador se presenta como una opción ideal para el trabajo en pequeñas superficies.

En el marco de la Expoagro 2024, la firma Stihl  dio a conocer su línea de motoimplementos con el fin de potenciar los beneficios de la actividad agropecuaria. Entre las herramientas más destacadas, se encuentra el motocultivador, el cual beneficia a las economías regionales. 

En detalle, las máquinas de Stihl se lanzaron bajo el objetivo de mejorar el rendimiento del sector y mitigar los efectos que podrían causar las malezas. Se encuentran motosierras, sopladoras y podadoras de altura.

Luis Macri, gerente de Marketing de la compañía, consideró que el motocultivador se destaca entre las novedades que lanzaron al mercado este año. Se trata de una ampliación de su línea de máquinas a batería, aptas para el trabajo en el campo y el mantenimiento de espacios verdes. 

En detalle, Macri consideró que esta herramienta en particular es un producto versátil, dado que tiene diferentes accesorios, toma de fuerza, motor potente y liviano. Esto hace que su uso sea más sencillo que el resto.

En esta línea, el experto aseguró que presenta un futuro prometedor para las economías regionales del país, ya que es un producto que hacía falta dentro del mercado. Tras su éxito en Europa, llega a Argentina para satisfacer las necesidades.

Al tratarse de un equipo con un motor de cuatro tiempos, Macri explicó que su uso en ambos mercados no presenta grandes diferencias. Esto indica que es óptimo para utilizarlo, independientemente de la zona geográfica y las condiciones climáticas.

Este producto está diseñado para trabajar en pequeñas superficies productivas, como es común en el Viejo Continente. En el territorio argentino, se utiliza en unidades de menor extensión, como la fruticultura y otras economías regionales.

¿Qué es un motocultor y para qué sirve?

Se trata de una de las tantas maquinarias agrícolas que permite preparar el suelo de tal manera que se reduce el margen de pérdidas económicas. Su diseño está optimizado para obtener rendimientos que usualmente se obtienen a partir del rotocultor.

El motocultivador, también conocido como motocultor, puede considerarse como un tractor de un solo eje, que se maneja a pie mediante unos brazos llamados manceras. A este se le pueden acoplar diferentes implementos agrícolas, al igual que a los tractores convencionales.

Para satisfacer la demanda de usuarios que solo requieren un motocultor con rotocultor en la gama de bajas potencias, se fabrican modelos especiales denominados motoazadas. 

En estas, el eje con las ruedas motrices se reemplaza por un conjunto de azadas rotativas, lo que convierte al motocultor en una máquina impulsada por los mismos elementos utilizados para el trabajo del suelo.

En cualquiera sea el caso, los beneficios son múltiples. No solo facilitan la preparación del terreno para la siembra, sino que también mejoran la estructura y aireación del suelo. 

Además, automatiza tareas que de otra manera requerirían mucho tiempo y esfuerzo manual, lo que resulta especialmente valioso en huertos de tamaño medio, donde el trabajo manual puede ser agotador. 

Gracias a su tamaño compacto, este tipo de maquinaria es manejable en espacios reducidos, como huertos particulares. También ayudan a controlar las malezas, mejorar la eficiencia en la siembra y mantener el suelo en condiciones óptimas para el crecimiento de las plantas. 

Los motocultores pueden cubrir áreas más grandes en menos tiempo, acelerando el trabajo y permitiendo realizar múltiples tareas en una sola sesión. Así es como contribuye a mayores rendimientos en términos de cantidad y calidad de los cultivos.

¿Qué actividades se pueden hacer con el motocultor?

Las funciones de los motocultores son versátiles, aunque principalmente son utilizados para trabajar los suelos. Estos equipos pueden labrar hasta una profundidad de 15 centímetros. En tanto, el rotor gira a velocidades entre 200 y 300 revoluciones por minuto, lo cual es ideal para labores intensivas.

Para tareas que requieren menos potencia, existen las motoazadas, las cuales trabajan a menor profundidad y con el rotor girando a velocidades entre 60 y 120 revoluciones por minuto.

En el mercado también se encuentran accesorios como surcadores, acaballonadores, y cultivadores de brazos, entre otros, para diversas labores de preparación del suelo.

Además, hay disponibles sembradoras monograno, sembradoras de hortalizas, plantadoras semiautomáticas, bombas para pulverización y para riego, todos adaptados para ser accionados por la toma de fuerza de los motocultores.

Algunos modelos se pueden convertir en remolques con capacidades de carga entre 500 y 1.500 kilogramos, aunque su uso debe cumplir con estrictas normativas de seguridad y circulación vial en la Unión Europea.

En operaciones de recolección, los motocultores pueden adaptarse para la siega del forraje mediante accesorios como motosegadoras, segadoras de forraje y desbrozadoras de arbustos, ampliando así su versatilidad y utilidad en distintas tareas agrícolas y de mantenimiento.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.