Los productores del sector agrícola deben tener en cuenta una serie de consejos para mitigar los efectos de las bajas temperaturas. El invierno impacta de forma directa en el rendimiento de los suelos, lo que trae problemas económicos y ambientales.
El invierno trae consigo heladas con temperaturas por debajo de los 0°C. Este fenómeno meteorológico se acompaña de humedad en el aire, vientos e inestables condiciones de terreno. En tanto, se manifiesta en forma de hielo o escarcha, principalmente durante las primeras horas del día.
Si bien las heladas son frecuentes en invierno, lo cierto es que también pueden ocurrir en otoño y primavera. Por este motivo, los productores deben tener en cuenta una serie de consejos para evitar grandes consecuencias.
Lo cierto es que las temperaturas bajo cero provocan severas consecuencias en la producción de cultivos. El cambio brusco puede dañar e incluso destruir las cosechas, lo que lleva a pérdidas económicas para los agricultores.
Uno de los principales motivos por los cuales impacta de forma directa es por el congelamiento de agua dentro de las células de las plantas. Los daños celulares pueden causar decoloración, muerte de tejidos y marchitamiento.
Es importante destacar que la gravedad del daño depende de la duración e intensidad de la helada, así como de la susceptibilidad específica del cultivo. Esto por esto que cada productor lo atraviesa de forma diferente.
Por otro lado, se puede retrasar el crecimiento y desarrollo de cada uno, resultando en una reducción del rendimiento y una menor calidad de los productos cosechados. También pueden dañarse los órganos reproductivos de las plantas, como flores y frutos, disminuyendo su producción.
Además, las plantas se vuelven más vulnerables a diversas enfermedades. Esto se debe a que el sistema inmunológico queda debilitado, lo que las hace más susceptibles a infecciones fúngicas y bacterianas.
Los tejidos dañados por el frío también proporcionan puntos de entrada para patógenos, aumentando el riesgo de enfermedades. Por esto resulta importante aplicar una estrategia de trabajo precisa y acorde a las condiciones climáticas.
En detalle, los métodos de protección les permitirán a los trabajadores anticiparse a este tipo de fenómenos, mitigando los efectos de las bajas temperaturas.
¿Cómo se puede proteger los cultivos de las heladas?
En la actualidad, existen varias maneras de proteger los cultivos de las heladas. A continuación, las más destacadas a nivel global.
En primer lugar, se encuentra el acolchado térmico, el cual protege las raíces y la tierra del frío. Se coloca por la noche, antes de que llegue la helada, y mantiene una temperatura más alta alrededor del cultivo.
Algo similar es la manta térmica. Estas cubren los cultivos y son efectivas para proteger pequeñas plantaciones. Su principal ventaja es que mantienen un microclima húmedo, evitando que el agua se evapore y deje las plantas desprotegidas.
El rocío por aspersión también es una opción válida para quienes buscan darle calor a las plantas. Cuando la temperatura ambiente llega a los 0 °C, se rocía la planta con agua. Dicha capa superficial actúa como aislante, y si se congela, el calor acumulado se transfiere a la siembra.
Los invernaderos retienen la radiación solar durante el día y crean un microclima cálido. Son efectivos, pero pueden ser costosos y requieren más trabajo para cubrir grandes áreas.
En línea con este tipo de soluciones, también hay productos que funcionan como protectores. Los mismos se encuentran en el mercado, y se aplican por aspersión. Estas protegen las plantas incluso cuando la temperatura desciende varios grados por debajo del punto de congelación.
Por último, la clave está en mantener el suelo húmedo. Es una de las maneras más simples de evitar terribles consecuencias durante el invierno.
Un suelo húmedo absorbe y libera el calor lentamente, conservando así una agradable temperatura durante la noche y protegiendo las plantas. Este método es útil para temperaturas de hasta -1° C.
Además, es importante evitar suelos compactados y bajos, y en zonas montañosas, elegir las laderas para plantar. Con estas medidas, puedes proteger eficazmente tus cultivos del frío.
¿Qué cultivos son resistentes a las heladas?
Una solución inicial para el problema de las heladas es optar por el cultivo de plantas que sean resistentes al frío. Algunas opciones incluyen coliflor, coles, ciertos tipos de lechuga, puerros, rábanos, ajos y brócoli. Estos vegetales y plantas pueden soportar bajas temperaturas.
Dependiendo de las condiciones locales y de la conveniencia, elegir plantas que toleren las heladas puede ser una opción práctica y económica para mitigar este problema.
Tené en cuenta que existen tres factores que hacen sensibles a los vegetales. La especie, la edad, la historia previa y las condiciones ambientales son los principales ejes que determinan la variabilidad en la respuesta de las plantas a las heladas.
Por lo general, las semillas en germinación y las flores suelen ser las partes más afectadas por las bajas temperaturas, mientras que las semillas en reposo son las más resistentes.