El pistacho cobra cada vez más popularidad a nivel global, particularmente en Argentina. La superficie implantada creció fuertemente en los últimos cinco años, lo que lo lleva a posicionarse como uno de los alimentos más destacados dentro del mercado.
En los últimos años, el pistacho ganó protagonismo entre los consumidores que buscan opciones más saludables en su dieta, convirtiéndose en un ingrediente popular e innovador en la gastronomía regional. En Argentina, su popularidad fue tal que cada vez más cultivos incorporan este alimento en su estrategia de desarrollo.
En detalle, la superficie destinada al cultivo de pistacho experimentó un notable crecimiento en los últimos cinco años, consolidándose como una oportunidad de negocio atractiva e impulsando el interés de nuevos inversores, incluso en áreas donde aún se desconoce su rendimiento productivo a largo plazo.
Hoy en día, diferentes investigadores del INTA y del CONICET están trabajando intensamente en la elaboración de un mapa de zonificación agroambiental, una herramienta crucial para el desarrollo sostenible del cultivo en el país, ya que permite reducir los riesgos asociados al clima.
Es importante resaltar que la alta demanda de pistachos, sumada a la limitada oferta local, contribuyó a que su precio sea considerablemente más elevado que el de otros frutos secos, como las nueces y las almendras. La clave está en ampliar la cantidad disponible en el mercado local para evitar el incremento exacerbado de los costos.
¿Cuáles son los beneficios de los cultivos de pistacho?
El cultivo del pistachero se destaca por varias características que lo hacen único. Una de sus principales particularidades es que requiere climas áridos, con inviernos fríos y veranos muy calurosos. A nivel global, solo algunas regiones cuentan con las condiciones adecuadas para su desarrollo, como Medio Oriente, Estados Unidos, España, Italia, Grecia, Australia y Argentina.
En el territorio argentino, la producción de este alimento es relativamente reciente. Las primeras plantaciones se realizaron en la provincia de San Juan a finales de 1980, cuando se sembraron las primeras semillas. Sin embargo, el desarrollo comercial del cultivo no se consolidó hasta mediados de los años 90, con la implementación de la Ley Nacional 22.021 de diferimientos impositivos.
En los últimos cinco años, el cultivo del pistachero creció de forma notable, aumentando más del 500% en hectáreas cultivadas, especialmente en la zona núcleo que abarca el sur de la tierra sanjuanina y el norte de Mendoza.
Según el Censo Nacional Agropecuario de 2018, San Juan es la principal provincia productora del país, con 6.500 hectáreas, lo que representa aproximadamente el 90% del área cultivada en Argentina. Le sigue Mendoza, con cerca de 770 hectáreas. Otras provincias como La Rioja y La Pampa tienen superficies menores de cultivo.
En la actualidad, el sembrado del pistacho se está expandiendo hacia otras provincias, con experiencias y proyectos en Catamarca, La Rioja, La Pampa, San Luis, Neuquén y Río Negro.
¿Qué iniciativas tiene Argentina sobre el cultivo de pistachos?
En 2023, la creciente inquietud en torno a la producción de frutos secos impulsó la creación de la Red Nacional para el Estudio del Pistachero en Argentina. Esta red está formada por especialistas de diferentes provincias, como Mendoza, La Pampa y San Juan, por ejemplo.
El objetivo inicial de la red es identificar y analizar las limitaciones climáticas que afectan el cultivo de pistacho en el país. A partir de esto, se busca clasificar las zonas en función de su aptitud climática para el desarrollo del cultivo, elaborando un mapa que distinga entre áreas de alta aptitud, aptitud intermedia y zonas no aptas.
Para lograr esto, los especialistas usaron una metodología estadística innovadora que permite definir los requerimientos ambientales que favorecen la floración y aseguran una fructificación de alta calidad comercial.
Los estudios se concentraron en el cultivar Kerman, el único tipo de pistacho femenino disponible actualmente en Argentina. Cabe destacar que el pistachero es una especie dioica, lo que significa que las flores masculinas y femeninas crecen en árboles separados.
Además, la red trabajó con datos meteorológicos históricos recopilados en más de 30 estaciones en las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, La Pampa, Neuquén y Río Negro. Lo interesante de este esfuerzo es que, para construir los mapas, se usaron datos de fenología y producción aportados por productores y técnicos locales, principalmente de San Juan y Mendoza.
Según informaron, esto permitió generar una herramienta más precisa y adaptada al contexto local, en contraste con la información proveniente de otros países productores que se había usado previamente para la toma de decisiones.
Este trabajo colaborativo e interinstitucional también derivó en la elaboración de un artículo científico que acompañará a los mapas, brindando información relevante sobre las limitaciones y requerimientos del cultivo.
A finales de 2023, se presentaron los avances de la investigación en la jornada técnica «El cultivo de pistacho en Mendoza», organizada por la Asociación de Frutos Secos de Mendoza. La red sigue avanzando en la resolución de nuevos desafíos, con el objetivo de apoyar el crecimiento del pistacho y ofrecer respuestas al sector productivo nacional.