La seguridad de los alimentos se potencia con el uso de las tecnologías de trazabilidad. Argentina se destaca ante los demás países por tener excelentes herramientas de producción.
La ganadería es un pilar fundamental de la economía nacional, y su impacto es innegable. Con la demanda creciente de alimentos seguros y nutritivos, las nuevas tecnologías se posicionan como una herramienta clave para garantizar la seguridad alimentaria.
Los datos que registran los organismos internacionales reflejan la importancia de la seguridad alimentaria, más aún cuando se observan millones de personas afectadas por las enfermedades que se transmiten a través de las comidas contaminadas.
En esta línea, desde el sector remarcan la importancia de asegurar la producción y distribución de alimentos libres de contaminantes. Este permite promover la salud y el bienestar de la población, así como también contribuye al desarrollo económico y social.
Este 2024 se abren nuevas oportunidades para la ganadería, con muchos productores enfocados en mejorar sus prácticas y estándares. La industria ganadera genera un valor significativo para Argentina, con grandes volúmenes de producción tanto de leche como de carne.
Sin embargo, mantener la rentabilidad y garantizar la seguridad alimentaria son desafíos que aún parece no tener final. Por ello, la implementación de tecnologías de trazabilidad y monitoreo resulta esencial para mejorar la eficiencia y ganancia de la producción ganadera.
Los expertos del sector también indican que este tipo de herramientas también permiten asegurar la calidad de los alimentos y la sostenibilidad de los sistemas con los que se trabaja. En muchos casos, los pastizales -por ejemplo- suelen verse afectados por la crianza de los animales.
La seguridad alimentaria en Argentina y el compromiso de los productores
Gabriel Calderón, trabajador de MSD Salud Animal para Argentina, resalta la importancia de garantizar la calidad de los alimentos desde el inicio de su producción. Particularmente en la leche, dentro de las salas de ordeñe.
En muchos tambos, todavía se necesita de las técnicas tradicionales para la prevención, detección y tratamiento de enfermedades en el ganado lechero.
Sin embargo, gracias a los avances científicos, surgen innovaciones que permiten combinar información en tiempo real, algoritmos e inteligencia artificial para tomar decisiones y resolver problemas de forma más eficiente.
Estas tecnologías más precisas y sofisticadas, como los dispositivos de monitoreo, identifican irregularidades en la salud de los animales, permitiendo a los veterinarios anticiparse a enfermedades. El mejor camino siempre será tomar medidas concretas e integrales.
En otras palabras, la prevención temprana de enfermedades promueve la salud del ganado y beneficia la rentabilidad del productor. Esto impacta de forma directa en la calidad de los alimentos, desde el punto de vista sanitario y nutricional.
Además, para alcanzar las metas de exportación de carne, es fundamental contar con herramientas adecuadas para la gestión y protección eficiente de la cadena de alimentos.
En Argentina, hay disponibles innovaciones tecnológicas que refuerzan la relación entre la salud humana, animal y ambiental. De esta manera, se ven beneficiados los trabajadores rurales, veterinarios, asesores del sector y productores.
El territorio argentino mejora así la sustentabilidad y productividad de los tambos, al igual que también influyen de forma positiva en la salud del ganado. El escenario no sería el mismo si no se mejoraran las tasas de recuperación ni se redujera la mortalidad.
En este contexto, la colaboración entre el sector público y privado, junto con el compromiso de los productores y la adopción de prácticas sostenibles, son importantes para asegurar un futuro próspero para la ganadería argentina.
Con un enfoque en la innovación y la mejora continua, el sector ganadero está preparado para enfrentar los desafíos y seguir siendo un pilar fundamental de la economía nacional, garantizando alimentos seguros y de calidad para todos.
La posición que ocupa la ganadería argentina en el mundo
Argentina lidera el ranking mundial en consumo per cápita de carne vacuna y se ubica como el segundo mayor consumidor de carne por habitante si se considera también el consumo de carne aviar y porcina.
Este posicionamiento está estrechamente ligado a la histórica importancia que tiene la ganadería en la economía del país, ya que la mayoría de las carnes consumidas provienen de la producción nacional.
La actividad ganadera en Argentina es una potencia generadora de empleo, con más de 860,000 puestos de trabajo vinculados a las cadenas cárnicas y lácteas en 2022, un incremento del 0.6% respecto al año anterior.
Esta cifra representa una cuarta parte de los trabajos en la agroindustria argentina y el 5% del total de empleos en el país, considerando que el sector agropecuario aporta aproximadamente el 20% de los empleos totales.
Respecto a los demás rubros, la producción bovina lidera en la generación de empleo ganadero, representando el 55% del total, seguida por las cadenas láctea y aviar, cada una con cerca del 15%. La cadena porcina contribuye con el 10% restante.
Estas cadenas contratan a personas en una variedad de actividades. Las primarias, como la cría, la invernada bovina y la producción de leche, representan el 42% del empleo ganadero.
La industrialización, que incluye el procesamiento de carnes y la elaboración de alimentos, representa el 31%.
La comercialización de productos ganaderos contribuye con aproximadamente el 22% del empleo, mientras que el 4% restante corresponde a insumos, maquinaria y transporte.