Los expertos en la industria alimentaria aseguran que existe una solución para combatir las inseguridades que atentan contra el desarrollo del sector. Es un alimento que promueve la seguridad.
La seguridad alimentaria detrás del Día Mundial de las Legumbres
En un contexto global donde la inseguridad alimentaria sigue siendo una preocupación destacada, especialmente en regiones como América Latina, el Día Mundial de las Legumbres surge como una oportunidad única para reflexionar sobre el papel que tienen estos alimentos en la lucha contra el hambre, sobre todo en entornos educativos.
Las legumbres, frutos de las plantas denominadas leguminosas, se caracterizan por ser vainas que contienen semillas o hilos de semillas, las cuales se consumen en estado seco.
Entre las variedades más populares y consumidas se encuentran los frijoles secos, las lentejas, los garbanzos y los chícharos.
Estos alimentos son ampliamente consumidos en todo el mundo debido a su bajo costo de producción y sus notables beneficios nutricionales. Particularmente se ven favorecidos los adultos mayores aunque también los niños y los veganos.
Los expertos en salud aseguran que son una fuente esencial de nutrientes, destacando por su alto contenido proteico, bajo contenido graso y riqueza en fibra soluble. Para los expertos, esto contribuye a reducir los niveles de colesterol y regular el azúcar en la sangre.
Además, se demostró que el consumo de legumbres ayuda en la lucha contra la obesidad. Debido a su alto contenido de fibra y nutrientes, las legumbres pueden ser beneficiosas para personas con colesterol alto o diabetes, ya que controlan los niveles de azúcar en la sangre y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
¿Por qué se celebra el Día Mundial de las Legumbres?
Desde 2016, las Naciones Unidas y la FAO promueven el consumo de legumbres cada 10 de febrero. Desde entonces, alimentos como arvejas, frijoles, garbanzos y otras leguminosas fueron ganando importancia en las dietas a nivel mundial.
Este año, la efeméride se celebró bajo el lema “Las legumbres: nutrir suelos y a las personas”. Su relevancia va más allá de su valor nutricional. El foco está marcado en su contribución a la alimentación, lo que fortalece la seguridad alimentaria y la salud en general.
A su vez, estos desempeñan un papel central en la sostenibilidad ambiental. Lo cierto es que enriquecen los suelos y promueven la biodiversidad, lo que las convierte en un elemento esencial en la lucha contra el cambio climático.
En otras palabras, son una pieza fundamental en la construcción de un futuro alimentario saludable y sostenible para las generaciones futuras. Por este motivo, se aprovecha la ocasión para promover a nivel global su consumo.
Se trata de una oportunidad única para reconocer el potencial que tienen estos alimentos para combatir la inseguridad alimentaria. Al aprovechar su accesibilidad, valor nutricional y sostenibilidad, se puede mejorar significativamente la salud y el bienestar de la población.
¿Cuáles son los beneficios de comer legumbres?
La cocina global incorpora diariamente una amplia variedad de legumbres, entre las que se destacan los diferentes tipos de frijoles secos, como las habas, así como los garbanzos, lentejas en todas sus variantes.
Estos cultivos son esenciales por varias razones. En primer lugar, son una excelente fuente de proteínas, especialmente en áreas donde la carne y los lácteos son difíciles de obtener económicamente.
En segundo lugar, son cruciales para los agricultores ya que mejoran la fertilidad del suelo; y contribuyen a mitigar el cambio climático al no depender de fertilizantes sintéticos.
Dado su contenido nutricional completo, que incluye proteínas, carbohidratos complejos, fibra, vitaminas y minerales, las legumbres se convierten en una opción alimentaria valiosa para abordar la inseguridad alimentaria, especialmente en América Latina.
En esta línea, este tipo de comida ofrece una solución económica y sostenible. Su costo relativamente bajo en comparación con otras fuentes de proteínas las hace accesibles para los programas de alimentación que lleva a cabo cada país.
Además, su capacidad para crecer en diversos climas y su larga vida útil garantizan su disponibilidad constante, lo que asegura la continuidad de estas iniciativas incluso en entornos con recursos limitados.
Además, se presenta como una excelente herramienta para abordar la malnutrición y mejorar la salud de los habitantes. Contribuyen a cubrir las necesidades de los más jóvenes, promoviendo un desarrollo saludable y un rendimiento académico óptimo.
Su incorporación en las comidas diarias puede ayudar a combatir la deficiencia de nutrientes y reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la malnutrición, mejorando así el bienestar general de los estudiantes.
Respecto a su aporte en la sostenibilidad ambiental, los sistemas alimentarios pueden acudir a una fuente de proteínas alternativa y sostenible.
En detalle, su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo reduce la necesidad de fertilizantes químicos, promoviendo prácticas agrícolas más ecológicas y resistentes al cambio climático.
Al integrar las legumbres en los programas de alimentación nacional, se puede fomentar la agricultura sostenible y enseñar a los habitantes sobre la importancia de una dieta equilibrada y respetuosa con el medio ambiente.