Dom. Dic 22nd, 2024

Un equipo de especialistas en Perú desarrolló un sistema clave para el sector de los cultivos, ayudando a los trabajadores a sacarle el máximo provecho al suelo. Se trata de una herramienta ideal para evitar los daños naturales. 

Ante el desarrollo de la tecnología y en el marco de la era digital, los ingenieros aprovechan y diseñan herramientas claves para potenciar el rendimiento de los cultivos. En esta línea, un equipo de profesionales de Perú creó un sistema antigranizo para proteger las zonas altas de los Andes.

En detalle, un grupo de ingenieras peruanas desarrolló un sistema innovador en la última edición de la Exposición Internacional de Invenciones de Mujeres de Corea (KIWIE), donde obtuvieron una medalla de bronce por permitir la protección al granizo y aprovechar este fenómeno natural para el riego agrícola.

Con la mirada puesta en los cultivos altoandinos, las investigadoras de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) desarrollaron este proyecto en particular para proteger a los cultivos de las precipitaciones sólidas. Asimismo, toma y almacena el agua, permitiendo su uso posterior en el riego.

Cabe destacar que los cultivos altoandinos son aquellos que se siembran en las zonas altas de los Andes, generalmente por encima de los 2,500 metros sobre el nivel del mar. Estas regiones presentan condiciones climáticas y geográficas específicas, que impactan de forma directa en su crecimiento.

El escenario, en este caso, se destaca por tener temperaturas bajas, suelos ricos en minerales y una estacionalidad marcada, lo que influye en los tipos de cultivos que se pueden desarrollar.

Entre los cultivos altoandinos más comunes se encuentran la papa, la quinua, la oca, la mashua, la kiwicha y la cañihua, entre otros. Estos suelen ser resistentes a las condiciones extremas de altitud y temperatura, por lo que se presentan como ponentes claves para la alimentación y la economía de las comunidades que viven en estas zonas.

Lo cierto es que estos tienen que lidiar con el granizo, el cual es reconocido como una de las condiciones climáticas que más daños provocan, especialmente en las zonas altoandinas del Perú. En la mayoría de los casos, se observa una dificultad en su desarrollo hasta la madurez, por lo que resulta útil el uso de la tecnología.

¿Cómo nació el sistema antigranizo de los cultivos andinos?

Según informó la Agencia Andina, este desafío impulsó a un grupo de investigadoras de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) a desarrollar una solución innovadora.

La docente de Ingeniería Ambiental, July Zegarra Choque, junto con las exalumnas Celeste Silvia Palomino Medina, Nely Maribel Aguilar Zambrano y Leslie Gianella Viera Zapata, crearon un sistema de protección contra el granizo. A diferencia de cualquier otro, este tiene  captación y antiobstrucción de granizo para su reutilización en el riego de cultivos.

El objetivo de las profesionales fue crear una herramienta clave para los trabajadores del sector, los cuales necesitan aprovechar al máximo las buenas condiciones climáticas. Así es como protegen a los cultivos de la caída de granizo, usando la misma agua almacenada que esta genera.

Esto se logra a partir de un sistema que incluye calentadores, lo cual permite aprovechar el agua a partir de su derretimiento. Miles de litros son reutilizados y absorbidos por el suelo, ideal para que pueda seguir formándose.

¿Cómo funciona el sistema antigranizo de los cultivos?

Respecto al proyecto de la USIL, el sistema creado por las profesionales peruanas cuenta con una operación clara y sencilla. Cuando cae granizo, este golpea el techo del sistema y es dirigido a unas canaletas que lo llevan a un tanque de calefacción.

Una vez que el tanque alcanza un llenado mínimo, el cual es del 30%, unos sensores activan el calentador, garantizando al mismo tiempo que el agua no se sobrecaliente. De esta manera, se evita que se dañen las plantas.

Según la inventora Nely Aguilar Zambrano, se mantiene el agua a una temperatura adecuada para el riego, sin superar los 30 grados, lo que protege los cultivos. Esto demuestra la adaptación a las condiciones climáticas de la región, conocida por su aridez y la frecuente caída de precipitaciones sólidas que trae el mismo cambio climático.

¿Qué tan importante es el sistema automatizado de riego?

Un equipo de investigación de la USIL desarrolló un sistema automatizado de fertirrigación por capilaridad, es decir, de inyección de fertilizantes, que fue premiado con una medalla de plata en la Feria de Inventos de Corea – KIWIE 2024. 

Dicho sistema, diseñado para huertos que se encuentran en zonas urbanas, fue creado por la profesora Zegarra Choque junto con los exalumnos Ximena Andrea Huamán Tinoco y Ángel Ricardo Torrejón Aparcana.

Esta herramienta no solo proporciona agua a las plantas, sino también los nutrientes esenciales, ya que capta agua de la atmósfera y toma los residuos líquidos, lo que permite una fertilización completa. 

En el caso de los lixiviados, obtenidos de la descomposición de residuos sólidos orgánicos, actúan como un fertilizante natural, aunque su aplicación directa requiere cuidado debido a su alto contenido de elementos químicos.

La principal innovación de este sistema radica en su capacidad para optimizar los recursos naturales y apoyar una agricultura urbana sostenible, asegurando tanto el suministro de agua como de nutrientes necesarios para el desarrollo óptimo de los cultivos urbanos.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.