La salud pública se encuentra bajo alerta por la promoción de alimentos aditivos. Se dieron a conocer los efectos secundarios que podrían desatarse en el bienestar.
En la actualidad, la industria acude a las sustancias que permiten cambiar las propiedades de las bebidas y de los alimentos. Se trata de los aditivos, un componente que no tiene valor nutritivo, capaz de modificar el sabor, color e incluso textura.
En otras palabras, se puede decir que son un conjunto de sustancias artificiales. Los trabajadores del sector las agregan para conservar, potenciar o cambiar algunas de sus características naturales.
El objetivo que tienen los productores es mantener a los alimentos en el mejor estado posible, durante el mayor tiempo. Esto es de gran importancia, ya que pueden verse afectados por los hongos y las bacterias.
Aquellos que están procesados son los que más cantidad de aditivos tienen, dado que tienen que cumplir con otras exigencias en el mercado. A diferencia de los orgánicos, deben preservar su frescura y aspecto.
Además, la presencia de este tipo de sustancias hace que las comidas luzcan más atractivas. Los consumidores tienen la opción de elegir según sus preferencias. Sin dudas, esto no garantiza la seguridad.
En tanto, los productores trabajan en base a las exigencias de los compradores, quienes consumen a partir de una serie de hábitos culturales determinados.
Es importante resaltar que hay un reglamento estricto en cuanto al uso de los aditivos en los alimentos. El mismo está aprobado por las autoridades correspondientes.
En Argentina, el organismo encargado de evaluar la seguridad de los alimentos es el Ministerio de Salud. Su accionar se da a través de la ANMAT y el INAL. En conjunto se encargan de inspeccionar en todo el país, con el fin de que los productores cumplan con las normas vigentes y no haya un abuso de su parte.
El listado completo de los aditivos alimentarios
Existen varias opciones que se distinguen en función del origen del producto en cuestión. A continuación, los detalles de cada clasificación.
- Aditivos naturales
Se obtienen de la naturaleza en sí misma. En este caso, no es necesario acudir a los procesos de laboratorio.
- Aditivos sintéticos
Se obtienen mediante el uso de productos artificiales.
Independientemente de su origen natural o sintético, los aditivos pueden separarse mediante la siguiente manera.
Los colorantes se caracterizan por darle intensidad o variedad al color de los productos. El sabor no suele alterarse, pero su aspecto sí. Esto lo hace más atractivo a la hora de su consumo.
Los conservantes permiten preservar el alimento en un buen estado. Esto evita los desperdicios a la hora de comercializar, ya que ante un mínimo deterioro se lo desecha.
Los antioxidantes se encargan de impedir o retrasar la oxidación natural que hace que la comida cambie de color y sabor. Básicamente es el paso anterior a la putrefacción. En casos donde los antioxidantes no son suficientes, estos suelen ser necesarios.
Los potenciadores del sabor permiten intensificar sus propiedades originales. Uno de los casos más conocidos es el edulcorante, el altera los productos dándole dulzura.
Por lo general, este suele utilizarse como sustituto del azúcar, más que nada en bebidas o comidas light. El más popular es la sacarina.
En cualquiera sea el caso, las modificaciones que llevan a cabo las empresas pueden ser captadas por las percepciones sensoriales del comprador, ya sea por la vista, el olfato, el tacto y el gusto.
El impacto de los aditivos alimentarios en la industria
Ante el variado abanico de opciones que se encuentran disponibles en el mercado, el sector está obligado a mantener algunos estándares de calidad. Se deben contemplar los siguientes puntos clave.
1. No trabajar con materias primas inadecuadas o dañinas para el consumidor
2. Aprobar las etapas de seguridad
3. Conservar las cualidades nutritivas del alimento
4. Mantener los requerimientos nutricionales
5. Ofrecer ventajas tecnológicas al fabricantes
El escenario desafiante para la industria alimentaria
El rápido desarrollo de la tecnología y el marco regulatorio que rige en el mundo pone al sector en un lugar de incertidumbre. Las compañías que buscan expandirse a nuevos mercados se encuentran con una realidad que incluye distintas aristas.
Por un lado, la complejidad de las normas y los requisitos en el sector, la cual varía según el país en donde se encuentren. Se exige un conocimiento profundo y actualizado de la legislación para evitar inconvenientes en el futuro.
Las modificaciones que se producen de forma constante en los reglamentos también presentan una limitación a la hora de apostar por nuevos productos. En otras palabras, la actualización de las normas obliga a las empresas a hacer un seguimiento constante.
A su vez, los trabajadores notan cierta confusión en algunos puntos de las regulaciones. Esto no hace más que generar dudas en las empresas, respecto a las normativas que están vigentes.