Dom. Dic 22nd, 2024

Uruguay avanza en términos tecnológicos y prevé la incorporación de nuevas herramientas dentro del sector de los cultivos. Los profesionales destacan sus beneficios para afrontar el cambio climático.

América Latina avanza en términos tecnológicos, al adoptar cada vez más herramientas en los diferentes sectores claves para la economía, tales como el cultivo. En esta línea, Uruguay es el principal país que promueve la incorporación de la robotización en los trabajos de siembra.

En detalle, el territorio uruguayo aspira a integrar la robotización en la agricultura y a promover el uso de tecnologías inclusivas como respuesta a la triple crisis que enfrenta el planeta, la cual involucra la contaminación, el cambio climático y la disminución de la biodiversidad.

La ilusión del país es tal que hasta el presidente de la Comisión Honoraria de Agroecología de Uruguay, Eduardo Blasina, destacó los beneficios de la tecnología para afrontar el cambio climático. Asimismo, esta sería la pieza clave para maximizar el rendimiento laboral dentro del área, lo que impactaría de forma directa en términos económicos.

Blasina ofreció una conferencia sobre el Proyecto de Cooperación Técnica en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El mismo busca fomentar la adopción de prácticas agroecológicas y ganaderas, con el objetivo de promover el desarrollo sostenible y reducir la huella de carbono en su país.

En el marco de este proyecto, se cuenta con la colaboración de un experto de la Universidad Wageningen (WUR) de Países Bajos, quien está contribuyendo a la incorporación de nuevas tecnologías en los cultivos. De esta manera, las autoridades prevén un mejoramiento directo en la metodología y estrategia sectorial.

Las nuevas herramientas incluyen la robotización para el control de malezas y la integración de la tecnología agrícola con la ecología, lo que se implementa en lo que llaman predios faros, donde se aplican diversas innovaciones y prácticas que luego pueden ser replicadas por productores de diferentes tamaños.

¿Qué importancia tiene la tecnología en los cultivos?

Eduardo Blasina destacó la importancia de involucrar a los actores en la búsqueda de soluciones para las tres grandes crisis que enfrenta el planeta. Según su perspectiva, la tecnología debe ser inclusiva y basada en la ciencia, de manera que tanto pequeños como grandes productores agrícolas puedan participar en la transición hacia prácticas agroecológicas. 

Los expertos coinciden en que la colaboración de cada uno de los participantes de la cadena es esencial para abordar estos problemas globales. Solo así se podrá llevar a cabo un manejo integral, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático.

Blasina también destacó los principales desafíos que deben enfrentarse, como el incremento en la producción de alimentos, el control biológico de plagas como la garrapata, la estabilidad de los precios, la evaluación de la salud de los suelos y la restauración de ecosistemas degradados. En ese contexto, resaltó el éxito de programas de formación, como los relacionados con la horticultura urbana, que han demostrado un gran potencial de crecimiento. 

Además, mencionó que la diversidad en la producción de alimentos está directamente vinculada con la variedad en la dieta de las personas, lo cual repercute positivamente en su salud.

¿Qué es lo que más se cultiva en Uruguay?

Los cultivos más importantes en Uruguay incluyen arroz, trigo, maíz, naranjas, caña de azúcar y semillas de girasol. Cada uno de estos es posible gracias a las condiciones climáticas, caracterizadas por lluvias abundantes a lo largo del año, aunque distribuidas de manera irregular, y temperaturas subtropicales.

Es importante resaltar que el desarrollo agrícola también se ve favorecido porque la población está concentrada en áreas específicas, lo que permite llevar a cabo un sembrado óptimo. En tanto, en el país predominan dos tipos principales de agricultura: la de secano y la de regadío.

La agricultura de secano se basa en el uso del agua de lluvia para regar los cultivos, sin intervención humana en el suministro de agua. Por otro lado, la agricultura de regadío requiere la aportación de agua a través de cauces superficiales naturales o artificiales, o mediante la extracción de aguas subterráneas para su hidratación.

La agricultura de secano en Uruguay se distingue por requerir menores inversiones en mano de obra, tecnología y capital en comparación con la agricultura de regadío y otros modelos agrícolas en diversos países. 

Cabe destacar que en el territorio uruguayo también se practica la agricultura de subsistencia, enfocada en producir lo justo para satisfacer las necesidades alimentarias de pequeños agricultores y sus familias, con poco o ningún excedente para comercializar. Este suele tener un enfoque más orgánico, con un bajo nivel técnico y un cuidado especial del medioambiente.

Cabe destacar que entre el 90 y el 100% de los alimentos que se consumen en el país provienen de cultivos no nativos de la región, cuya mayor diversidad se encuentra en otras partes del mundo.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.