Un grupo de investigadores argentinos destacó las ventajas que traen los cultivos de servicios invernales sobre los suelos degradados. Su implementación en el sector promueve la recuperación de los suelos que se ven afectados por la producción.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lleva a cabo un exhaustivo análisis sobre los beneficios que aportan los cultivos de servicio en los suelos degradados. Según indican, estos contribuyen a la mejora de los sembrados y las plantaciones que se ven afectadas por la constante producción.
En detalle, un grupo de investigadores del INTA evalúa los efectos que provoca la incorporación de los cultivos de servicios invernales en las propiedades físicas, químicas y microbiológicas de los suelos que están degradados por el monocultivo de poroto. Con los resultados de este estudio, se pretende desarrollar estrategias enfocadas en restaurar la salud del suelo y reducir su degradación.
Es importante destacar que el monocultivo del poroto común es común en el noroeste argentino. Dicha práctica, sumada a otras actividades agrícolas, representan un uso insostenible de los recursos naturales y afectan de manera negativa a los suelos.
Por estos motivos, los expertos del INTA Salta están evaluando en suelos dedicados a la siembra de poroto los efectos de incluir leguminosas y gramíneas como cultivos de servicio invernales, comparándolos con sistemas de monocultivo de poroto. La arveja, avena y trigo son algunos de los componentes claves para revertir las consecuencias.
Los resultados preliminares, obtenidos después de tres años de estudio consecutivo, mostraron que la incorporación de cultivos de servicio en la rotación agrícola aumentó de forma significativa la abundancia de los principales grupos microbianos, así como los niveles de carbono y nitrógeno en la biomasa microbiana.
Además, se observó una mejora rápida en la calidad física y química del suelo, lo que impacta de forma positiva en los rendimientos. En términos económicos, los productores se ven beneficiados gracias al mejoramiento en la calidad de las cosechas.
¿Cómo se llevó a cabo la investigación del INTA sobre los cultivos invernales?
Carolina Pérez Brandán, especialista en microbiología agrícola del INTA Salta, junto con Jorgelina Huidobro y Carla Aban del Grupo de Recursos Naturales, investigaron la intensificación de la secuencia agrícola mediante la incorporación de leguminosas y otros cultivos en suelos degradados por el monocultivo de poroto.
Después de tres años de estudio, encontraron que los cultivos de servicio mejoraron tanto la calidad del suelo como los rendimientos del cultivo de poroto común. Además, se observó una mejora en la microbiota de la rizosfera en comparación con el monocultivo.
La inclusión de estos cultivos aumentó el contenido de carbono y nitrógeno en la biomasa microbiana del suelo en más del 50%, y también se mejoraron la respiración microbiana y las actividades enzimáticas del suelo.
Pérez Brandán comentó que, aunque los cultivos de servicio conocidos como avena y vicia tuvieron un efecto positivo, su impacto fue menor en comparación con los cultivos de servicio que incluyeron leguminosas y gramíneas utilizados de forma individual.
La sustitución del barbecho de invierno por cultivos de servicio, ya sean únicos o mixtos, durante tres años consecutivos, resultó en una mejora significativa en la abundancia, composición y actividad de la comunidad microbiana, y en la mejora de las características físico químicas y biológicas del suelo degradado.
La información obtenida de esta investigación será útil para desarrollar estrategias conservacionistas que busquen recuperar la salud del suelo y reducir su degradación, manteniendo al mismo tiempo el rendimiento de los cultivos.
¿Cuáles son los cultivos de servicio?
Los cultivos de servicio son aquellas prácticas agrícolas que contribuyen al desarrollo de una agricultura sostenible. Su creciente implementación se debe a las ventajas que ofrecen en la mejora de la salud del suelo y el control de malezas.
Ante la creciente demanda global de alimentos y materias primas, surge la necesidad de producir de forma sostenible y rentable. Las prácticas como el uso de cultivos de servicio reducen la necesidad de implementar fitosanitarios, ofreciendo soluciones ambientales y económicas acordes a las necesidades actuales.
Los expertos advierten que estos cultivos no están destinados a la cosecha o a la rentabilidad directa, sino que actúan como intermediarios entre las siembras principales. De esta manera, se puede mejorar el estado del suelo de una forma clara y sencilla.
Entre las especies utilizadas se encuentran el centeno, la arveja, el trébol vicia villosa, la avena y el rábano, las cuales se siembran entre las cosechas principales. Estas plantas benefician al terreno y ayudan en el control de enfermedades que, en la mayoría de los casos, generan pérdidas económicas.
Ya sea gramíneas, leguminosas o no, su implementación mejora la productividad y rentabilidad de las cosechas principales, ya que prepara el suelo de una forma óptima para el cultivo siguiente.
Es importante destacar la diferencia entre el cultivo de servicio y el cultivo de cobertura. Mientras el primero se enfoca en la salud del suelo y el control de enfermedades, el segundo se enfoca en la protección de este.
Por último, adoptar esta práctica agrícola puede consolidar condiciones óptimas para las cosechas principales y mejorar la gestión de la campaña agrícola. Además, puede complementar la producción de cosechas principales, explotando y preservando el suelo en sus mejores condiciones químicas, físicas y biológicas.