Dom. Dic 22nd, 2024

Por lo general, los cultivos necesitan de óptimas condiciones climáticas para desarrollar y crecer de forma correcta. Sin embargo, existe una técnica agrícola popular para quienes desean trabajar en un clima seco y con altas temperaturas.

En la actualidad, el avance del cambio climático y las altas temperaturas impactan de forma directa a nivel global, particularmente en los trabajos que dependen de los recursos naturales. En esta línea, los cultivos se ven en peligro por las consecuencias del calor extremo en los suelos.

En detalle, el clima húmedo y seco afecta a las cosechas. Los productores se ven implicados al trabajar ante largos periodos de sequía, tormentas de arena, tasas de evaporación y desertificación. 

El conjunto de estos factores extremos provocan pérdidas económicas y ambientales, lo que además afecta a la seguridad alimentaria. Sin embargo, existe una técnica agrícola popular que sirve para mitigar los efectos del calentamiento global.

Se trata de la hidroponía, un tipo de agricultura que no requiere agua ni tierras cultivables. Según explica Abdallah Tawfic, cofundador en El Cairo de Urban Greens Egypt, las plantas se elevan del suelo y se cultivan en sustratos especiales, mientras reciben los nutrientes en forma líquida.

Hasta el momento, esta práctica permitió el cultivo de cosechas que antes eran impensadas por el calor, tal es el caso de los tomates, pepinos y calabacines. El punto a favor es que el tamaño, forma y sabor se mantienen, por lo que es una excelente alternativa para los consumidores y productores.

¿Qué es y en qué consiste la hidroponía?

Los cultivos hidropónicos se basan en una práctica que reemplaza la tierra por una solución de agua enriquecida con nutrientes, lo que los convierte en una opción más sostenible respecto de la agricultura tradicional. 

Su bajo uso de recursos naturales permite además llevarlo a cabo en el hogar. Se posiciona, de esta manera, como una alternativa ideal para quienes buscan hacer su propia huerta, por ejemplo.

La hidroponía es un sistema de cultivo que permite el crecimiento de plantas en una solución nutritiva de agua, eliminando la necesidad de la tierra. El agua que se usa luego puede ser recuperada y reciclada, y los nutrientes pueden provenir de diversas fuentes, como los excrementos de peces, técnica conocida como acuoponía.

Cabe destacar que el cultivo de plantas en agua, sin necesidad de tierra, no es una idea nueva, ya que la primera vez fue nombrada en una obra de 1627. Años más tarde se posicionó como un método popular, particularmente en los laboratorios.

Hoy en día es considerada como una forma de producir alimentos de manera más eficiente, utilizando menos tierra, agua y energía. De hecho, es una solución efectiva para combatir el cambio climático, la degradación ambiental y la pérdida de especies debido a la sobreexplotación y los cultivos intensivos. 

Los especialistas en el tema indican que es una manera más fácil de controlar los cultivos que los métodos agrícolas tradicionales, lo que la convierte en una herramienta útil para combatir el hambre y mejorar la seguridad alimentaria, especialmente en países en desarrollo. 

Según la consultora Berkshire Hathaway, se espera que el mercado global de la hidroponía alcance un total de USD 725 millones este año, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 18,1%.

Por último, forma parte de las últimas tendencias en la agricultura de precisión, que utiliza herramientas tecnológicas como la geolocalización, el Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas y los drones. Así es como se puede maximizar el rendimiento de los cultivos. 

En lugares como Droten, Holanda, ya se están construyendo las primeras granjas de hidroponía vertical, verdaderos rascacielos dedicados al cultivo de plantas, en un país donde el suelo y el sol son escasos.

¿Es caro el cultivo hidropónico?

Los agricultores señalan que los costos iniciales son el principal obstáculo para comenzar con este tipo de cultivo, dado que no son para nada económicos. La construcción de una tienda acorde cuesta alrededor de 1.300 euros.

Dicho precio se justifica porque muchos de los componentes necesarios son importados, además que las tiendas necesitan refrigeración especializada para mantener las plantas y el agua a una temperatura adecuada para su crecimiento.

Debido a su costo relativamente alto, estos sistemas dependen en gran medida de subvenciones de organizaciones internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa Mundial de Alimentos.

Sin embargo, la falta de una inversión acorde puede limitar su efectividad, lo que impacta en el rendimiento final. Desde el sector solicitan préstamos que garanticen el desarrollo de este tipo de prácticas. 

La falta de legislación que guíe y regule esta práctica también deja a los agricultores vulnerables a proveedores de servicios poco profesionales. A pesar de estos desafíos, la hidroponía sigue ganando popularidad en la región.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.