Dom. Dic 22nd, 2024

Argentina llevó adelante el primer cultivar nacional denominado Criollo INTA. Se trata de un logro de los investigadores argentinos, quienes buscaron ampliar el sistema de los cultivos, elevando la competitividad y rentabilidad de los productores de la región.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria obtuvo la primera variedad de romero a nivel nacional. Se trata de Criollo INTA, el primer cultivar nacional que se diferencia por su sabor intenso, alto rendimiento y propiedades beneficiosas para la salud. 

En detalle, este es un logro de un equipo de investigación del INTA Mendoza, el cual le agrega un valor extraordinario al ámbito de los cultivos. Los productores de la región se ven beneficiados ante su versatilidad dentro de la industria agroalimentaria, la cosmética y la medicina. 

El trabajo surge como una respuesta ante la creciente demanda de los consumidores que, cada vez más, optan por alimentos saludables y óptimos para mejorar la salud. Su contenido de aceites naturales y antioxidantes permiten el bienestar de forma natural, sin químicos de por medio.

El punto de partida fue diversificar los productos regionales que se ofrecen dentro del mercado. Así fue como el organismo desarrolló la primera variedad de romero de Argentina.

Inés Lorello, investigadora del INTA La Consulta, aseguró que Criollo INTA se destaca por ser un activo esencial en distintos rubros. Su versatilidad ofrece múltiples beneficios independientemente del área.

En esta línea, destacó que el romero criollo es único por su sabor distintivo, intenso y amargo. Su adaptabilidad lo convierte en un elemento clave en la gastronomía, la fitomedicina y la cosmética. También es apreciado en proyectos agroecológicos, como planta ornamental y para cercos vivos, según explicó Lorello.

La especialista también mencionó que este trabajo se logró tras seis años de evaluación y selección de diferentes clones de romero provenientes de varias zonas del país. 

Hoy en día se lo considera como el primer cultivar de romero -Salvia Rosmarinus Spenn- registrado en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). En tanto, la inscripción del cultivar proporciona información confiable para los productores.

Para ella es importante la evaluación de los materiales disponibles para tomar mejores decisiones al implantar un cultivo. En esta línea, resulta importante la disposición de información y materiales de genética conocida y destacada. 

De esta manera, se puede agregar valor al cultivo, mejorar la competitividad de los productores familiares y aumentar la rentabilidad del negocio. Es una forma práctica, rentable y completa de destacarse dentro del sector.

¿Cuáles son las hierbas aromáticas utilizadas para el uso comestible?

Según indican desde el sector, las plantas aromáticas comestibles registran una tendencia alcista en la demanda nacional e internacional. Esto se debe a que los consumidores cambiaron sus hábitos alimenticios por opciones naturales, con alto valor nutritivo. 

El romero es uno de los alimentos más recomendados. Los compuestos fenólicos en sus hojas y flores actúan como antioxidantes naturales, además de poseer propiedades estimulantes, tónicas y antisépticas.

Este es una planta rústica, aromática y perenne que está adaptada a climas templados y cálidos, en laderas de montaña áridas y soleadas. En el territorio argentino, su cultivo se extiende en la franja oeste, desde Salta hasta la Patagonia, pasando por Cuyo.

Ines Lorello consideró que en 2015, cuando comenzaron el trabajo de caracterización y selección, se vieron motivados por dar una alternativa de cultivo a los productores de orégano del Valle de Uco, donde se obtiene el 70% de esta especia del país. 

Según explicó, desde ese entonces se le quiso dar impulso al cultivo de romero para fomentar la diversificación productiva de la zona con una especie de manejo semejante a la del orégano.

Así fue como nació Criollo INTA, un romero de porte erecto, de plantas altas y robustas, con ramificación profusa y follaje de densidad media. Este responde al tipo de romero comúnmente conocido como criollo o de hoja angosta. 

Presenta dos floraciones al año y se caracteriza por su elevado rendimiento en especia que supera los 3.000 kilos por hectárea de hoja seca y limpia. Además, presenta un alto contenido de aceite esencial y de extractos antioxidantes. 

Asimismo posee un quimio tipo cuyos componentes mayoritarios son eucaliptol, beta mirceno, alcanfor y alfa pineno. En la poscosecha, el secado y la separación de la hoja del tallo se dan con facilidad.

Desde el INTA indicaron que esta variedad tiene buena adaptación a climas templados, templados cálidos, áridos y semiáridos, con alta insolación y amplitud térmica, tolerando temperaturas cercanas a los -8°C. Prefiere suelos sueltos, drenados, pobres, calcáreos, arenosos y arcillosos. 

Esto indica una excelente adaptabilidad a las condiciones de restricción hídrica, como los disponibles en la provincia de Mendoza. En tanto, su ciclo puede extenderse unos 6 u 8 años, o cuando el rendimiento empieza a declinar. 

Los interesados en diversificar los cultivos pueden aplicarla para distintos usos productivos: cosecha de hojas para condimento, extracción de aceites esenciales, obtención de extractos antioxidantes. 

En síntesis, el cultivo de romero resulta interesante de incorporar en los sistemas productivos agroecológicos por su extensa floración, atracción de polinizadores, fuerte aroma, y por ser un arbusto de hojas perennes. También es una planta ornamental que se adapta a su cultivo en huertas y como cerco vivo.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.