Dom. Dic 22nd, 2024

Los especialistas del CONICET mantienen convenios de vinculación tecnológica con diferentes empresas, tanto nacionales como internacionales del sector del agro. Se trata de un avance que pretende potenciar los beneficios de los cultivos.

Los especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) llevan adelante diferentes convenios de vinculación tecnológica, con el fin de optimizar el rendimiento y la calidad de distintos cultivos de granos. 

En detalle, el equipo conjunto pretende contribuir al desarrollo particular de aquellos cultivos que se encuentran envueltos en climas templados, en especial en las principales zonas agrícolas de Argentina.

En la actualidad, se estudian las bases de los mecanismos fisiológicos de adaptabilidad de estos cultivos a diferentes ambientes. Además se busca entender cuáles son las formas de manejo convenientes a cada situación en el marco de un contexto de cambio climático. 

Daniel Miralles, líder del equipo del CONICET y la UBA, aseguró que los profesionales trabajan sobre una amplia gama de cultivos de interés agronómico, como trigo, cebada y soja. Cada uno de estos tiene sus propios objetivos, vinculados a cómo mejorar su rendimiento y calidad en diferentes contextos y condiciones. 

Según Miralles, también investigador del Consejo, el foco está puesto en resolver aquellas preguntas que aún no están resueltas o que tienen respuestas contradictorias. Se trata de una serie de inquietudes que surgen de la propia dinámica del trabajo científico.

Dichas incertidumbres suelen estar presentes en empresas u otros agentes del agro, por lo que el trabajo espera acompañar a miles de personas. De hecho, se prevé que los resultados alcancen a empresas nacionales e internacionales.

¿Cuáles son las alianzas nacionales que mejorar la calidad de los cultivos?

Entre las distintas alianzas que se encuentran en el país, el CONICET y la UBA trabajan en convenios de vinculación tecnológica con compañías productoras de semillas, como Nuseed, Don Mario Semillas, Spraytec y Chacra Servicios.

Además, ambas entidades nacionales mantienen nexos con empresas del sector cervecero, dado que este último está interesado en mejorar la calidad de la malta que se produce a partir de la cebada cultivada en Argentina, como Boortmalt, Malteria y Cervecería Quilmes.

La vinculación de este grupo de profesionales también abarcó organizaciones no gubernamentales, que involucran agricultores y asesores de agricultores, como la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) y la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Si bien la línea general de la investigación es de carácter experimental, apuntando a dar una respuesta inmediata a los problemas prácticos, lo cierto es que también le dan importancia a comprender los aspectos moleculares y genómicos de la eco fisiología vegetal. 

Para llevar adelante esta tarea, por lo general se asocian con grupos especializados en genómica. En este sentido, hay dos colaboraciones. Por un lado, con un grupo del INTA Marcos Juárez, dirigido por Leonardo Vanzetti. Por otro lado, con un laboratorio de la Universidad de Davis, California, Estados Unidos.

En conjunto con ambas entidades, se abordan preguntas y soluciones a nivel molecular. En esta línea, Daniel Miralles detalló que la meta final es recorrer el procedimiento, que va desde el experimento con cultivos a campo hasta el nivel génico o alélico.

Hoy en día, el camino del conocimiento científico es multidisciplinario. Existen distintos mecanismos eco-fisiológicos para tener las respuestas claves en el sector del agro.

Miguel Macmaney, integrante del equipo de estudio, indicó que en paralelo hay un convenio con centros de referencia como la Cámara arbitral de Cereales de Bahía Blanca y la Universidad de Rosario para entender la calidad de los cultivos.

Según Macmaney, hay un campo experimental en la Facultad de Agronomía de la UBA para hacer los estudios en campo. En tanto, se desarrollan experimentos en localidades bonaerenses, como Balcarce, Chivilcoy, Pergamino y Baradero.

¿Para qué sirve el desarrollo de software en los cultivos?

En el caso del CONICET, los investigadores desarrollan productos para facilitar a los productores agrícolas la toma de decisiones, reduciendo así cualquier tipo de incertidumbre.

En este sentido, se desarrolló una línea de softwares llamados CRONOS, que permite al usuario simular el ciclo completo de una variedad comercial de un cultivo antes de la siembra, en una localidad determinada, en una fecha específica del año.

A través de una plataforma sencilla e intuitiva, los interesados pueden conocer las fechas en las que ocurren los eventos fenológicos o estadios ontogénicos del cultivo, como la floración, la madurez y la emergencia. Así es como pueden planificar el momento de la siembra en cada región.

Los CRONOS permiten también conocer los riesgos de heladas en cada localidad, así como el estadio hídrico para cada uno de los estadios ontogénicos del cultivo. Esto ayuda a prevenir los efectos negativos de este tipo de fenómenos.

Por el momento, se encuentran disponibles modelos para soja, trigo, cebada, trigo sarraceno, y canola. En tanto, funcionan también en Uruguay, Paraguay y Chile, y actualmente se están desarrollando en España. Esta línea de softwares cuenta ya con cerca de 70.000 usuarios.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.