La plaga de la chicharrita ya le costó más de USD 2.000 millones al país, dado los enormes daños en los cultivos locales. Millones de toneladas de maíz se vieron afectadas por este fenómeno.
Los productores de maíz se ven fuertemente afectados ante la llegada de un nuevo y peligroso enemigo: la chicharrita, un insecto de apenas cuatro milímetros que amenaza de forma directa a las cosechas. Se trata de una plaga que, hasta el momento, ya le costó más de USD2.000 millones al país.
En detalle, Argentina -tercer exportador internacional de maíz- sufre grandes recortes en la estimación de exportaciones correspondientes a la cosecha del cereal de la temporada 2023/24. Millones de toneladas se perdieron en cuestión de semanas, dada la existencia de este insecto amarillo.
La chicharrita funciona como vector de enfermedades que afectan la productividad del cultivo, afectando principalmente a las regiones centro y norte del país. Su presencia se asentó en los últimos meses a tal punto que ahora los agricultores temen que las infecciones se transformen en hechos más comunes.
Por este motivo, algunos productores evalúan el riesgo de sembrar maíz en la próxima campaña, con la posibilidad de dedicar más hectáreas a la soja. El motivo detrás de esto radica en que la oleaginosa no se ve afectada por la chicharrita, en tanto, compite con el cereal por superficie.
¿Cómo impacta la llegada de la chicharrita a los cultivos de Argentina?
Matilde Rusticucci, doctora en Ciencias de la Atmósfera y especialista en cambio climático, dio detalles sobre el panorama actual que afronta el mundo. En este sentido, indicó que el número de días con heladas cada vez es menos frecuente debido a que la temperatura global está aumentando.
En la región, esta situación golpea cada vez más fuerte, afectando de forma directa el rendimiento de los cultivos y el desarrollo dentro de la agricultura. De hecho, el 2023 fue el año más cálido de la historia, por lo que miles de cosechas sufrieron grandes pérdidas.
Ese incremento en el valor de las temperaturas mínimas permitió una expansión masiva de la chicharrita en el territorio argentino, donde llegó a provincias del centro del país, cruzando la frontera natural que la limitaba al norte argentino.
Por este motivo, los analistas llevaron a cabo significativos recortes en sus estimaciones de la cosecha de maíz. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó sus previsiones, reduciéndose en 10 millones de toneladas en los últimos meses, situando su último cálculo de producción en 46,5 millones de toneladas.
La titular de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristina Russo, explicó que, en condiciones normales, la producción debería superar los 60 millones de toneladas, pero debido a esta plaga, la proyección bajó a 50,5 millones.
Además, los profesionales temen que la situación sea aún peor de lo que indican las cifras actuales, lo que representa un gran golpe para el maíz. Sin dudas, la economía se ve fuertemente golpeada ante este escenario.
Crece la expansión de la plaga de las chicharritas en Argentina
Según Russo, en el norte argentino, la población de chicharritas creció diez veces, con reportes del insecto extendiéndose hasta 1.500 kilómetros al sur de su hábitat habitual, una expansión antes impensable debido al clima que hasta hace unos años tendía a ser más frío.
Aníbal Córdoba, productor de la provincia de Chaco, explicó que la chicharrita, normalmente difícil de encontrar en las plantas, ahora se ve en los campos, describiendo la situación como caótica.
Ante esta plaga, muchos de los trabajadores consideran la posibilidad de dejar de cultivar maíz de forma completa. La preocupación aumenta de cara al invierno, ya que si las temperaturas no bajan lo suficiente, su presencia podría aumentar de forma significativa.
Desde el sector, las miradas están puestas especialmente en la siembra de trigo, la cual sirve de refugio para el insecto durante los meses fríos del año. Sin dudas, esto plantea grandes desafíos para la producción de maíz en Argentina.
En respuesta, el Gobierno mantuvo reuniones con funcionarios provinciales y asociaciones de productores agropecuarios para coordinar estrategias de manejo y contención de la plaga.
Por su parte, una fuente de la Secretaría de Bioeconomía destacó la necesidad de un enfoque integral para combatir la chicharrita, ya que ninguna medida aislada será suficiente. En esta línea, Senasa -el organismo estatal de sanidad- autorizó el uso de tres nuevos insecticidas para enfrentar esta amenaza.
El compromiso de las grandes autoridades queda reflejado en este tipo de iniciativas que pretenden mejorar la situación. Se espera que los cultivos queden libres de este tipo de plagas que, ante el anve del cambio climático, se ven beneficiadas por las nuevas temperaturas.