Dom. Dic 22nd, 2024

El INTA y la agroindustria aceitera tomaron la decisión de impulsar el desarrollo de este tipo de cultivos, promoviendo los avances tecnológicos y la productividad local. Se espera que tenga un gran potencial en el país.

Argentina marcó un hito importante al promover el desarrollo de cultivos bioenergéticos mediante un proyecto conjunto entre la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Dicho acuerdo tiene como objetivo impulsar la producción de cultivos como la colza, una planta de gran relevancia a la hora de producir aceite.

Ante las grandes potencialidades que tienen los cultivos bioenergéticos en Argentina, las autoridades tomaron la decisión de apostar por la colza, la segunda oleaginosa en volumen de producción mundial. De esta manera, se espera poder sacarle provecho para distintos usos, principalmente para la alimentación.

Cabe destacar que a nivel global esta es utilizada tanto para consumo humano a través de aceites, harinas y pellets como para alimentación animal y producción de biodiesel. En esta línea, uno de los principales desafíos que transita esta cadena a la hora de expandirse es la necesidad de profundizar el desarrollo de tecnología de insumos y procesos.

Respecto al convenio entre el INTA y la CIARA, se prevé que instrumenten una serie de actividades, tales como la ampliación red de ensayos, incrementando tanto la cantidad como la diversidad de estos para optimizar las prácticas agrícolas y adaptarlas a las diferentes regiones del país. 

En paralelo, se fortalecerán los programas de mejoramiento del cultivo de colza, con una colaboración estrecha entre el sector privado y público. De esta manera, se podrán desarrollar nuevas variedades de plantas que mejoren la calidad y la productividad del cultivo.

También se planificarán estrategias conjuntas con los actores de la cadena productiva para promover y educar sobre el cultivo de colza. Se buscará investigar y desarrollar tecnologías que mejoren la obtención de materias primas y los procesos industriales, aumentando así la eficiencia y sostenibilidad de la producción.

Todas aquellas actividades y logros que se alcancen en el marco del convenio serán comunicados al público para generar conciencia y apoyo. El punto está en producir en conjunto informes detallados que analicen el impacto económico y comercial de los cultivos bioenergéticos. 

Finalmente, se elaborarán informes técnicos para evaluar el riesgo de cambio indirecto del uso del suelo (ILUC) en diferentes zonas del país, facilitando la producción de biocombustibles.

¿Por qué es importante la colza en Argentina?

En primer lugar, es importante resaltar que Gustavo Idígoras -presidente de CIARA- aseguró que los cultivos bioenergéticos son el futuro de la agroindustria. Según él, hay que alimentar a todas las aeronaves y barcos del mundo con bioenergías sustentables.

Por otro lado, Idígoras también destacó que la colza, carinata y camelina representan oportunidades para productores, nutrición de suelos, combate al cambio climático y proveedores sustentables. Si Argentina no recorre este camino, será un país dependiente de importaciones, indicó. 

¿Cuáles son los beneficios que aportan los cultivos de colza?

En detalle, el uso más reconocido de la planta de colza es la extracción de su aceite a partir de las semillas. Este aporta beneficios tanto en la industria como en la cocina.

En el ámbito industrial, el aceite de colza es valorado por sus excelentes propiedades lubricantes, usándose especialmente en la maquinaria pesada. Además, se presenta como un componente esencial en la fabricación de jabones y gomas sintéticas. 

En el área de la gastronomía, en cambio, el aceite se aplica como aderezo. Los expertos en salud destacan su contenido en ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, que son beneficiosos para la salud cardiovascular.

Pese a lo mencionado anteriormente, el cultivo de colza también se caracteriza por tener la capacidad de alternarse con especies afines, lo que permite la rotación de cultivos con otros cereales. 

Al ser un cultivo de hoja ancha, esta puede controlar las malezas como la avena loca o el vallico. Sus raíces profundas también aportan beneficios, ya que mejora la calidad del terreno, aireando el suelo y reduciendo la erosión.

Por último, protege el cultivo de las heladas primaverales, ya que en caso de que ocurran, sólo afectarán a una parte de las flores.

Ante todos estos aportes y frente al convenio firmado entre el INTA y CIARA, los líderes buscan que Argentina se convierta en un actor principal en el mercado de bioenergéticos, aprovechando sus amplios recursos agrícolas y su capacidad para la innovación tecnológica.

En este sentido, la cooperación entre ambas instituciones nacionales busca no solo ampliar la superficie cultivada, sino también optimizar la eficiencia y sostenibilidad de los procesos productivos. Esto se alinea con las tendencias globales hacia la energía renovable y la agricultura sostenible, dado que se alinea con los objetivos económicos y ambientales del mundo.

por Federico Trucco

¿Quién es Federico Trucco? Federico Trucco, nacido en Rosario, Argentina, el 27 de mayo de 1977, es un destacado profesional con una sólida formación en bioquímica, malezoología y patología vegetal, así como en administración de empresas. Su trayectoria se ha centrado en la intersección entre la agricultura y la biotecnología, con más de 15 años de experiencia en el desarrollo de empresas innovadoras en este campo. Tras completar sus estudios universitarios en bioquímica en la Universidad Estatal de Louisiana, Federico continuó su formación con una maestría en malezoología y patología vegetal en la Universidad Estatal de Colorado, seguida de un doctorado en Ciencias de los Cultivos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Durante su tiempo en Illinois, también adquirió conocimientos en administración de empresas. Su interés por la biotecnología aplicada a la agricultura se ha visto impulsado por su pasión por el avance tecnológico en el sector, así como por su compromiso con la innovación. Este interés lo llevó a unirse a Bioceres, una firma líder en la gestión de proyectos en el ámbito agro-biotecnológico. Desde entonces, ha desempeñado roles clave en la investigación y desarrollo de la empresa, así como en la creación y dirección del centro de biotecnología de Bioceres, conocido como INDEAR. En 2011, fue nombrado CEO de Bioceres, liderando el camino en la expansión y desarrollo de la empresa. Bajo su liderazgo, Bioceres se ha convertido en un referente en América Latina en el campo de la biotecnología agrícola, con una presencia destacada en la Bolsa de Valores de Nueva York. Federico ha sido reconocido por su contribución a la innovación empresarial, recibiendo premios como el Konex a la innovación empresarial y el premio EY Entrepreneur of the Year para Argentina. Además, ha ejercido como presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, demostrando su compromiso con el avance y desarrollo de este campo en su país.