La contaminación de alimentos se presenta a nivel mundial, dado el desconocimiento que persiste en la industria. Sin embargo, existe una manera de cuidar la salud a la hora de comer.
Los detalles sobre los contagios en la comida
La cadena alimentaria puede verse contaminada por varios tipos de elementos, como los metales tóxicos y los plaguicidas, que afectan de forma directa la calidad de la comida. Esto lleva como resultado un producto sin la calidad que el consumidor se merece.
En detalle, los contaminantes pueden aparecer a lo largo de la cadena, desde la recolección y producción; envasado; transporte; venta o al momento de prepararse en restaurantes y hogares.
El concepto de contagio comprende a toda aquella materia que se incorpora al alimento sin ser propia de este, teniendo la capacidad de producir enfermedades a quien lo consuma. Además puede modificar de forma negativa las características saludables de dicha comida.
Esto incluye materias de tipo biológico, químico y físico. La presencia de cada uno de estos obliga a la industria a reforzar cada vez más las medidas de higiene que recomiendan los reglamentos o certificaciones del área.
Los tipos de contaminación más comunes en los alimentos
En primer lugar, se distinguen varios tipos de contaminaciones. La primaria (también conocida como origen) se produce cuando el alimento toma contacto con un agente contaminante, al momento de la producción. Esto es común que ocurra en productos frescos, como verduras y animales.
La contaminación directa se produce cuando el agente contaminante es el manipulador. En estos casos, es esencial reforzar la higiene a lo largo de la cadena de alimentos.
Por otro lado, se encuentra la contaminación cruzada, la cual se desata cuando un alimento contaminado tiene contacto con otro a través de los utensilios, equipo de cocina o por contacto directo.
En cualquiera sea el caso, se debe prestar atención a aquellos escenarios que estén por fuera de la producción normal, puede ser mal olor, cambio de aspecto, aroma o textura. Estas son señales de alimentos contaminados.
La guía práctica para prevenir la contaminación de alimentos
Si un agente contaminante entra en contacto con un alimento, esta situación supone un alto riesgo. La propagación se produce en cuestión de segundos, afectando al mismo tiempo al proceso productivo.
Por este motivo, se debe cuidar la cadena alimentaria en todo momento, incluso dentro de las heladeras. Acá es donde puede tomar contacto con alimentos que tienen otra cocción o directamente están crudos. Pueden también contaminarse por el derrame de líquidos.
El otro foco de contagio está puesto en el uso de los utensilios y elementos de limpieza, los cuales deben seguir ciertas prácticas para no generar infecciones. Entre los consejos, se deben cambiar estos productos con frecuencia, lo que permitirá manipular los comestibles en excelente estado.
A continuación, los puntos clave que deberás tener en cuenta, según indica el Código Alimentario Argentino. Al seguir estas recomendaciones, podrás obtener una alimentación sana y equilibrada.
La misma también está dirigida para las grandes cadenas de comida que pretendan tener un diseño y funcionamiento acorde dentro del establecimiento, además para el desarrollo de los procesos.
- Analizar los peligros posibles
Se deben identificar los posibles riesgos que suelen asociarse con la producción de alimentos, independientemente de la fase en la que se encuentre. Esto incluye la etapa inicial y la más compleja, como las ventas.
Se trata de una manera fácil y completa de evaluar la probabilidad de que se produzcan peligros. En todo caso, las medidas preventivas permitirán un mejor control.
En este caso, es necesario reconocer los posibles riesgos biológicos, químicos o físicos que pueden producirse en cada fase. Al reconocerlos, se podrá determinar la mejor manera de reducir sus consecuencias.
- Determinar un punto crítico de control
Es en este momento en donde uno podrá aplicar las medidas de control que permitan prevenir, eliminar o reducir un peligro hasta niveles aceptables.
De todos modos, primero se necesita distinguir si la operación en cuestión corresponde a la producción, a la elaboración, al almacenamiento, a la distribución o a otro fin en la cadena.
- Establecer límites antes de comercializar
Se trata del nivel de tolerancia que no deberá superarse, en caso de querer asegurar que la operación se encuentra bajo control.
- Monitorear el desempeño
Los métodos de vigilancia serán un gran aliado al encargarse pura y exclusivamente de identificar los fallos que se producen dentro de la cadena. En caso de desvío, se emitirá una información de inmediato que permita accionar y recuperar el control del proceso. Esto salvará de desperdiciar productos por contaminación.
Tené en cuenta que la mayoría de los procedimientos de vigilancia deben efectuarse con rapidez, ya que se refieren a procesos continuos y no hay tiempo para realizar análisis prolongados.
De esta manera, se podrán evitar las pérdidas de alimentos. El restablecimiento del control a tiempo permitirá una máxima protección, siempre y cuando se establezcan los controles y estrategias indicadas.